

(Foto: Archivo)
Inicio estas reflexiones con un pensamiento de Pablo González Casanova en relación con la verdad y la moral: “El proyecto habrá de precisar sin equívocos lo que se entiende por estos valores. Como valor central de la educación se entiende la moral de la lucha, de la cooperación, de la defensa del interés general frente al individualismo, al consumismo y los intereses particulares. Y por verdad se entiende una crítica permanente de la cultura de la servidumbre y un cuestionamiento constante de lo que se cree que pasa”. Así, la ética y la moral se inscriben en lo disruptivo y alejadas de lo reiterativo del modelo neoliberal y su poder de explotación.
Una postura ética, moral o pedagógica no debe ocultar los intereses que constituyen el discurso moral propio o aquellos que estructuran el sufrimiento y la explotación en la historia. Un educador crítico puede mostrar su valentía moral valiéndose de un contenido que dé significado real a la acción ética, a la vez que permita a los estudiantes leer, escribir, debatir y optar por discursos morales argumentados que se hacen incidir en las cuestiones que se conviertan en objeto legítimo de polémica.
Al respecto tiene sentido lo que Henry Giroux afirma: “La voz pasa a ser un terreno de cuestionamiento y de lucha en el cual los conocimientos y el poder por un lado, y la subjetividad y el deseo por el otro, son los que proporcionan la base para analizar la forma en que los discursos y subjetividades contradictorios y particulares se desarrollan y regulan y se ponen en tela de juicio, así como la manera en que los conocimientos y el deseo se pueden estructurar a modo de o bien cerrar o bien permitir la posibilidad de generar formas de vida democrática”.
El maestro, los estudiantes, los pedagogos o estudiosos de la educación tienen el compromiso moral (persona), ético (individuo) y cívico (ciudadano) de construir puntos de vista de la autoridad radical que legitime las formas de pedagogía crítica, la creación de nuevos conceptos orientados tanto a la interpretación de la realidad dada, constituída, objetivada, como a la transformación de ésta.
Al repensar la práctica educativa en el plano de una autonomía, los sujetos educativos erguidos y desafiantes de lo establecido enfrentarían los procesos de enajenación donde, por lo general, imperan los saberes y valores del imaginario alienado propuesto por el sistema, sin justificación conforme a la razón, es decir, sin simbolización o verbalización. Es necesario mencionar que aunque se asuma como postura teórica adecuada, eso no nos da derecho a imponernos sobre otra persona de tal manera que silenciemos su deseo.
Proponer la autonomía de los actores para poder acceder a una mayor consistencia en sus deseos, propósitos y actitudes nos llevaría a asumir el planteamiento de Noam Chomsky: “Una democracia con sentido presupone la capacidad de un pueblo común para juntar sus limitados recursos, para formar y desarrollar ideas y programas, colocarlos en el orden del día del debate político y actuar en su apoyo”.
Al introducir el debate político en lo educativo damos muerte a la creencia neutral que se pretende asignar a las instituciones escolares, pero abrimos también una ventana a la autenticidad entre maestros y estudiantes para erradicar de esos espacios lo frívolo, lo vano y el sentirse bien en los comportamientos, en las maneras de ver lo individual y lo colectivo. Esa autenticidad difícilmente nos permitiría concebir una actitud que no esté fundada en la propia decisión y basada en las propias razones. Lo anterior implica que los docentes formemos seres autónomos, no dependientes.
Lo anterior haría estallar la certeza del saber que soporta las verdades y trampas de la pedagogía. Se trata de incomodar el encanto de los saberes para evitar que el sujeto se acomode y se arrulle con el mundo. Se intenta que el otro, el alumno, se advenga como sujeto de deseo, dignidad y no como objeto deseado.
El discurso pedagógico, al convertir y nombrar lo educativo como su objeto exclusivo de su devoción y al colocarlo en las coordenadas de la cientificidad, de lo verdadero, de la objetividad, clausura la entrada de otras perspectivas de saberes y decires, llevándolo a una homogeneización de los sentidos que intervienen en la práctica educativa. Este discurso pedagógico que se preocupa por el cuidado y bienestar del otro aliena el deseo de éste y se elimina lo que Michel Foucault llamó cuidado de sí mismo.
Si al acto educativo se le asigna la función del cuidado del otro, llámese discurso, sentido, institución, el yo, los saberes, entonces la subjetividad queda atrapada, controlada y administrada, esto es, alienada en su deseo. Aquí el sujeto moral de la educación que hoy todavía se mueve en el puro imaginario narciso tendría que efectuar un doble trabajo: primero, de autoconstrucción como sujeto de sus acciones, esto es, como individuo que cumple con ciertas prescripciones, y segundo, la dimensión interna, que incluye un saber que no se sabe (inconsciente) o de la conciencia moral.
Con el vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación y ante lo autoritario de las actuales instituciones políticas resulta realmente difícil hacer del acto educativo una práctica de sí, tal que permitiera una cierta autonomía. Más bien pareciera que esas prácticas de sí se presentan enajenadas dada la colonización administrativa y objetivadora y técnica que padece la sociedad de nuestro tiempo.
Por ello urge una intervención para alterar el equilibrio de las fuerzas existentes. Si la práctica educativa aparece al cuidado de otro, llámese discurso pedagógico, instituciones (SEP), poderes, entonces la subjetivación queda atrapada, controlada, normalizada, administrada y el deseo de los participantes, como sujetos morales, se instala en lo que Max Weber llamó la jaula de hierro.
¿Cómo construir un sujeto erguido, con cierta autonomía ante la multiplicidad de discursos morales y éticos? Habría que ubicar a la práctica educativa como un acontecimiento problemático y como un concepto intensivo y fragmentario en sus componentes para que accedan a otros planos de saberes. Esto abre la posibilidad de la producción de cierto estilo y singularidad en la práctica educativa y la muerte de los códigos incuestionados y sistemas de verdad totales que atrapan al sujeto y su escritura.
Es pertinente que las instituciones educativas se ocupen hoy de las cuestiones éticas, estéticas y políticas para no dar por sentados los discursos políticos, pedagógicos y culturales reiterativos de lo dado, de lo existente. Resistir todo intento por dogmatizar, administrar y colonizar disciplinariamente a los actores del proceso educativo. Otro mundo es posible.
Juárez, fundamentalismo de mercado, religioso y laicidad
La universidad y el sindicalismo en el siglo XXI
Neoliberalismo, educador popular y 4T
Refundar a las escuelas normales públicas del país
La Cuarta Transformación y el proceso de la historia
La Cuarta Transformación y el estado laico
Ciencias sociales para el congreso de normales
Ideas para el próximo congreso nacional de normales
Filosofía, modernidad, educación y colonización
Descolonizar y emancipar a la educación
Fortalecer y transformar a las instituciones públicas formadoras
Aborto, laicidad, vida y vida humana
Pedagogía crítica, ética y moral
El aborto, la vida y la vida humana
El saber universitario y el pensamiento crítico
Fiosofía,Lenguaje Y La Cuarta Transformación
En educación no hay neutralidad ideológica
Pensar lo educativo desde la cuarta transformación
El pacto social neoliberal y la cuarta transformación
La libertad, la dicha y lo establecido
La cuarta transformación necesita nuevas instituciones
La cuarta transformación y el problema del sujeto y la identidad
Racionalidad crítica versus positivismo
Pensar el mundo y la acción constituyente
Crítica a lo instituido en la UMSNH
La IV transformación, el poder y los símbolos.
El homo sapiens y sus creaciones
Razones para una nueva reforma educativa
La cuarta república hereda instituciones fetichizadas
Preguntas permanentes sobre la vida y la muerte
Liberemos el espacio de lo público
Ética crítica para la cuarta transformación
Cultura y memoria para la cuarta transformación
Batallas por la historia: el 2 de octubre de 1968 no se olvida
Hidalgo, la libertad y el fin elegido
Hidalgo, la memoria y la Universidad Michoacana
Educar y gobernar en la cuarta transformación
Política y ética para la cuarta transformación
Emancipación humana y pedagogía crítica
Autogestión, ética y pedagogía clínica
Perspectiva epistémica del sur para la cuarta transformación
Educador popular para la cuarta transformación
La educación como fundamento social y no como medio
La cuarta transformación con sujeto histórico
Razones para una nueva política educativa
Pablo González Casanova y las ciencias sociales
La oligarquía financiera no quiere dejar el poder
Lo que ocultan las campañas políticas
Campañas políticas, subjetividad e intelecuales
Ética y política con fundamentos, con principios
Campañas políticas, el capital y la dominación
El discurso tecnocrático oculta el despojo de la nación
El tiempo y el espacio como negocio
La lucha teórica y política por la educación
El neoliberalismo produce relaciones de explotación
Lo que sucede cuando la crítica y la participación se ausentan
La batalla teórica y política del normalismo
El Estado al servicio del capital
Las instituciones al servicio del neoliberalismo
Instituciones y presupuestos discrecionales
Ideas para liberar lo educativo
El lenguaje público como derecho humano
El poder, el valor y el capital
El contenido de lo educativo no es neutral
Transformemos al capitalismo corporativo y sus instituciones
¿Quién lleva las riendas en el país?
La infancia en el neoliberalismo
Las instituciones al servicio del proyecto de pocos
Pensar en la muerte es pensar en la vida humana
El poder y los fines de la educación
Estado laico e Iglesia católica
Necesidad de conciencia crítica y de sujeto
El neoliberalismo y la doctrina del shock
Se privatiza el contenido público de la política
Política, imaginario y educación
La vuelta al yo y la muerte del otro
Investigación educativa, poder y cultura
Relación pedagógica en la política y la cultura
Felicidad y bienestar, ¿para quién?
El sujeto de la educación y la profesionalización
Es necesario detener el neoliberalismo depredador
Racionalidad instrumental y transparencia
Conflicto entre la seguridad y la libertad
El poder del capital vigila y castiga
La memoria histórica amenazada
Democracia liberal, poder y verdad
La veda electoral se sustituye por la noticia
Sindicalismo y neoliberalismo en la UMSNH
Los riesgos de la escritura, la lectura y el pensar
Violencia y pobreza contra la niñez mexicana
La impunidad y la corrupción como espectáculo
La lucha entre lo pesado y lo ligero
El poder domina y produce fantasías
La libertad, ¿para qué y para quién?
Reforma en la UMSNH y el solitario de Rectoría
Reforma integral en la UMSNH o nada
Reforma en la UMSNH, ¿para qué?
El coro, la moral y la educación
Izquierda y derecha, ¿para qué?
La lucha entre la verdad y la post-verdad
Lucha política y crisis de identidad
La dignidad es un principio, no es un medio
No está en la mochila, sino en el sistema neoliberal
El capitalismo corporativo despoja a la nación
Construir una nueva formación social
Modificar el artículo 29 y suspender garantías
Capitalismo, Consumo y Emociones
Ética crítica y educación liberadora
Globalización y sindicalismo en la UMSNH
Palabras que engañan y mienten
La lucha entre lo reiterativo y lo disruptivo
Trump y la unidad de la oligarquía mexicana
Bloqueo histórico e individualismo obsesivo
El malestar de la vida y la muerte
Pensamiento político de Lázaro Cárdenas del RíoPensamiento político de Lázaro Cárdenas del Río
El poder de explotación y el otro
Los enemigos de la praxis de la liberación
2 de octubre y Ayotzinapa no se olvidan
La relación de poder en la UMSNH
La lógica del capital y la política
El Estado laico y la Iglesia católica
Trilogía de la oligarquía financiera
El neoliberalismo y la causa de los niños
Pensamiento crítico y moralidad
Ética y educación emancipadoras
El poder de explotación y la educación
La ética disruptiva y la educación
Pensar la educación y la pedagogía
El poder de explotación y la educación
El poder autoritario y lo social
El capitalismo corporativo y lo público
El poder de dominación y la Reforma Educativa
Razón ficticia y democracia representativa
El pensamiento único del prianismo
Política y educación, ¿para qué?
La política también se corrompe
La autonomía del saber, ¿para qué?