
Ante la cercanía del Día del Maestro y sobre todo, ante la disyuntiva que nos ofrecen las circunstancias actuales donde cada individuo trabaja aisladamente, de manera personal para poder sobrevivir a todo el sistema de competencia donde el reflejo de uno contra todos y de todos contra uno arrebata la posibilidad de ser compartido, solidario y tolerante, es que hemos seleccionado un tema de vital importancia para la tarea docente : el trabajo colaborativo, lo hacemos pero con base en la experiencia que han tenido verdaderos profesionistas de la educación. El propósito es hacer una pausa reflexiva en cuanto a la tarea magisterial y desde luego saber que, como sociedad, podemos hacer equipo, podemos unirnos para desterrar los males que nos amenazan, que nos orillan al egoísmo en cada actividad cuando, por el contrario, ser cooperativo nos ofrece mejores oportunidades de lograr los propósitos, pero a la vez de ser más sensibles, la solidaridad no es cualidad de una máquina aunque sea de última generación en tecnología de punta, la solidaridad, al igual que la nobleza, es un don de la naturaleza que debemos seguir cultivando los seres humanos.
El trabajo colaborativo incentiva a tomar conciencia del propio rol como sujetos activos y propiciadores de cambio en cada entorno, al que dotan de sentido y ayudan a construir. El profesorado y el alumnado toman conciencia acerca de la relevancia y trascendencia de su relación educativa, que no se limita a aprobar un curso o “aprender” determinada lección, sino a avanzar hacia la materialización de las ideas y la práctica en acciones coherentes.
Cuando profesores y alumnos trabajan colaborativamente están en mejores condiciones para producir diálogo y reflexión conjunta sobre los contenidos, debatir diferentes puntos de vista, construir relaciones con la vida cotidiana y reflexionar sobre las consecuencias que los contenidos tienen para la sociedad. Cuando no trabaja en equipo, eso se dificulta. La integración de los padres de familia en actividades escolares trabajando en esta lógica es también determinante.
El maestro Juan N. decía: “Yo intento introducir el trabajo cooperativo en varios momentos del desarrollo de la unidad didáctica porque me parece interesante desde el punto de vista estructural. En un principio los alumnos se ven distantes, pero cuando fijamos entre todos las cuestiones organizativas y de funcionamiento de la clase, ya que me gusta ser muy riguroso, se facilita poco a poco la comprensión de cómo y cuándo pueden participar. Ese mismo rigor en la organización yo creo que hace que tengan una actitud participativa y constructiva”.

(Foto: Cambio de Michoacán)
El trabajo colaborativo favorece las relaciones armónicas entre profesorado y alumnado y no requiere del control correctivo de uno sobre otros, sino del mutuo acuerdo para participar en el mismo proceso educativo.
Es “un aspecto crucial de la forma de vida democrática” y no sólo una estrategia más para mejorar el rendimiento académico (Apple y Beane , 1999:40).
El profesorado y el alumnado forman parte del currículo democrático que transforma el rol pasivo de “consumidores de conocimiento” por el rol activo de “fabricantes de significado”. Una relación colaborativa y dialógica es una evidencia del acto cognitivo, que cuando se rompe, la creación y recreación se sustituye por un “acto de consumo” en que sólo hay transferencia de contenidos (Freire,1990:165). La transmisión unidireccional de contenidos y falta de diálogo inhabilita a los alumnos como sujetos activos de su propio aprendizaje y les aleja de plantear cuestiones éticas por la primacía del rendimiento.
Lucía P., maestra de primaria, expresaba: “Tengo claro, en principio, que tengo que respetar al alumnado que no es receptivo al estudio, que no tiene ganas de estudiar, que viene muchas veces de fracaso escolar y están hartos de que les digan: ‘No haces nada…, ocho suspensos, ya verás… ¡qué vas a hacer el día de mañana!’. Yo nunca les digo eso, ni les hago consejos ni nada, evito hablarles de ese tema, que ya lo habrán oído y les habrá creado inseguridad. Para mí es muy importante trabajar con ellos el aprendizaje de conceptos y darles tranquilidad de espíritu. Que estén serenos y abiertos a escuchar a los demás”.
No es mucho trabajo intentar de manera colaborativa en tanto en la docencia, como en cualquier terreno de la actividad humana, simplemente habrá que desterrarnos de los egoísmos, de la autosuficiencia, de los temores a la crítica para dar paso a resolver problemas en conjunto, a reflexionar y decir en equipo y sobre todo, a dar más de uno mismo hacia los demás para que el otro se refleje en ese mismo espejo.
Patrick Lencioni puntualizó: “Trabajar en equipo no es una virtud, es una elección consciente y voluntaria que surge construyendo lazos de confianza basados en la vulnerabilidad humana que muestran los integrantes del equipo, ante sus errores, temores, y dificultades. Michael Jordan, afamado deportista, mostró humildad ante el cúmulo de periodistas que sólo se acercaban a él, olvidando a los otros integrantes del Toros de Chicago al señalar: “En un equipo no todos pueden pretender tener la misma fama y prensa, pero todos pueden decir que son campeones”.
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