
Repitiendo la afirmación del gobernador del estado, afirmo que no solamente los michoacanos pueden estar o ser catalogados con ese adjetivo, sino que un mayor porcentaje de los mexicanos pueden ser, con certeza, clasificados con ese calificativo. Los que no pueden ser o no tienen ese estatus arriba señalado, desafortunadamente, y desde mi óptica, son la mayoría de los gobernantes de toda la República Mexicana, en el que hay que considerar al titular del Poder Ejecutivo, quien desde su años como gobernante del Estado de México ha sido “poca cosa” pues en lugar de atender la problemática que sigue existiendo en el estado que gobernó, atacó a un grupo de mexiquenses, militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, que dejó como saldo la muerte de dos jóvenes, la detención arbitraria de 200 personas y varios menores de edad en la localidad denominada Salvador Atenco, en 2006. También cabe recordar el asunto de la niña muerta encontrada bajo un colchón de cama.

(Foto: Especial)
Gobernantes hubo y hay que son poca cosa, pues incluso en el tiempo presente es un aquelarre internacional el que ha protagonizado el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien escapó de México y fue a esconderse a Guatemala debido a la acusación de haber “extraviado” varios miles de millones de pesos. Este individuo fue detenido y traído a México, donde actualmente está preso.
Recientemente se ha publicado un libro obra Arturo Ángel, periodista mexicano que desde 2015 participa en una asociación de reporteros denominada Animal Político, bajo el nombre Duarte, el priista perfecto, que destapa mil y una coladeras. Pero no solamente es Duarte el único, pues hay hay varios más a quienes se les consideraba o se les tenía como ejemplo de las nuevas generaciones y que ahora seguramente están temblando.
Casos como el de Roberto Borge (PRI) no son únicos. El ex gobernador del Estado de Quintana Roo (2000-2016) no cantó mal las rancheras y fue acusado de realizar operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita por poco más de cinco mil millones de pesos. Pero mientras subía la suma de ese ilícito, Borge bajaba 20 kilogramos debido a su estancia en el penal de Panamá, al que fue conducido después de haberlo bajado de un avión que intentaba despegar de esa capital (Panamá) para dirigirse a Francia. Éste es acusado de lavado de dinero.
Guillermo Padrés (gobernador por el PAN) se quejaba de que era sujeto de una persecución política después de dejar su cargo como gobernador del estado de Sonora. Acusado de desfalco al erario público por la cantidad de casi ocho millones de dólares (poco más de 30 mil millones de pesos y de construir una presa que no estaba autorizada por las Federación porque impactaba en el medio ambiente y por eso esa edificación fue dinamitada). “Perdonó a familiares y amigos poco más de mil 500 millones de pesos en impuestos y perforación de pozos sin estar autorizados”.
Otro “augusto César” gobernador, de apellido Duarte Jáquez, según Wikipedia, no contaba mal los billetes. Fue diputado federal dos veces representando al PRI y gobernador de Chihuahua de 2010 a 2016. Fue acusado de peculado en diversas modalidades y es actualmente prófugo de la Justicia.
El actual gobierno de Chihuahua le ha decomisado al ex góber del mismo diez u once ranchos (el último con una superficie poco mayor a las treinta mil hectáreas) en las que pastaban miles de cabezas de ganado, adquiridas éstas con recursos del gobierno que él presidia. Durante su mandato fueron múltiples las denuncias sobre la corrupción gubernamental.
Escándalos políticos han sido, pues, Javier Duarte, de Veracruz; Guillermo Padrés, de Sonora; César Duarte, de Chihuahua; Roberto Borge, de Quintana Roo, más los que están pendientes de ampliar esta gamma de personajes
Nota. No recomiendo leer el libro Duarte, el priista perfecto.
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