
Nadie duda que una de las actividades sociales más reconocidas y valoradas es la de ser bombero. Más que un oficio se convierte en una obra humanitaria pendiente de salvar y resguardar vidas, amén de la tarea relevante cuando actúan en desastres naturales o en cualquier problema de impacto comunitario. Donde se les llame, donde se les requiere, están para ofrecer su noble servicio. En forma increíble, como gremio, están en el olvido, porque son innumerables las poblaciones o las ciudades donde las autoridades hacen, y han hecho, caso omiso de proporcionarles los insumos necesarios para enfrentar su misión; contraatacar el fuego y los posibles derrumbes no es un juego de niños, es una actividad donde se demanda no sólo capacidad, cuidado y esmero, sino estar dispuesto a sacrificar la propia vida a cambio de la ajena. ¿Cuántos de nosotros estaríamos en condición de hacerlo, no sólo un día, porque es permanente; no sólo por un conocido o familiar, sino por cualquier persona que incluso suele ser cualquier desconocido?
Hace tiempo existía otra organización que también socialmente era admirada, nos referimos a los Ángeles Verdes, quienes custodiaban las carretas y brindaban auxilio en el camino, pero Vicente Fox inició su extinción, la remató Calderón y a Peña Nieto ni a su brillante equipo se les ha prendido el foco para reactivarlos. Los bomberos han existido desde hace muchos años (se tiene referencia que iniciaron en Roma hace dos mil años) se han convertido en auténticos guardianes de la sociedad a través de los años, unos cobran salario, otros son voluntarios, lo que implica doble admiración.

(Foto: Héctor Sánchez)
En la ciudad de Morelia tienen muchos años de existir, recordamos que en un tiempo concurría la estación en lo que hoy es el Mercado San Juan; bueno, pues la corporación se ha cansado de que los tengan en el olvido, de que no les faciliten los insumos para enfrentar su peligrosa misión, tal es el caso de la falta de uniformes, de cascos protectores, de herramienta, de caretas y de trajes especiales para enfrentarse al fuego y al tóxico humo, amén del bajo salario que perciben, de unos cinco mil pesos al mes; por lo tanto, no tuvieron más remedio que realizar un paro de labores para que el actual Ayuntamiento, según independiente, volteara los ojos hacia ellos, para que les asigne un presupuesto digno y apropiado. La actividad tal parece que rindió frutos porque el gobierno se ha comprometido a destinar cierta cantidad para inyectar a tan emérita organización. Es lo menos que podrían hacer.
Se comprometieron a realizar un diagnóstico de las necesidades, ofrecimiento que llama la atención porque no es posible que al tiempo de distancia a partir de que tomaron posesión, se hayan olvidado de algo tan elemental y urgente como es apreciar las condiciones en las que trabaja el Heroico Cuerpo de Bomberos; todo indica que sólo les preocuparon las obras de relumbrón, unas muy necesarias, pero otras no tanto; tal parece que sólo están trabajando para aquellas actividades que pueden dejar dividendos como lo representa el sector de obra pública, porque la obra humanitaria, la obra social, de plano se les olvidó; aunque ya es ventaja que tengan en mente, y sobre todo en acción, la importancia que tiene este cuerpo glorioso que a lo largo de su existir ha salvado decenas de vidas, que se ha enfrentado a decenas de episodios donde han puesto en riesgo su integridad y la tranquilidad familiar.
Es inaudito que en una de las campañas municipales hayan llamado a la ciudadanía a cooperar que equis aportación para que los tragafuego pudieran trabajar con mayor tranquilidad, más aún que anden con casco en mano pidiendo cooperación de la ciudadanía, no porque la población no deba participar o apoyar, cuando es apoyada, sino porque comprueba una vez más el descuido en que los tienen, el abandono que históricamente han sufrido quienes en caso de desastre nunca nos abandonan.
Deseamos que la atención que, por fin, se les ponga a los bomberos sea el inicio de una política, de una cultura gubernamental para que se proteja, se custodie de la mejor forma una agrupación que además de valentía ha demostrado tener un corazón y unas manos al servicio de la sociedad de manera valiente, gentil, incondicional y humana. Vaya nuestro reconocimiento al H. Cuerpo de Bomberos y vaya la exhortación al gobierno municipal para que cumpla con los compromisos pactados y además que fortalezca con atingencia y recursos la cultura de la protección civil.
Todos los hombres fueron creados iguales. Más tarde, unos pocos se convierten en… bomberos.
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